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Frente a los picos nevados, las amplias terrazas de madera y los balcones oscurecidos por el sol del chalet dan al valle. En el interior, el Grand Chalet Favre le invita a recuperar la sensación de los chalets tradicionales de antaño, cuando el "arte de vivir y el bienestar tenían su época dorada". Por la noche, mientras el fuego crepita en la chimenea del salón, es el momento perfecto para tomar una copa y disfrutar de inolvidables momentos de felicidad en familia o con amigos. La cálida atmósfera del restaurante se irradia a través de las ventanas con celosías blancas; La carpintería de pino suizo y las sillas talladas con escudos de familias locales parecen bailar a la luz de las velas... ¡No te puedes perder la deliciosa raclette de queso Anniviers que se sirve aquí! Las encantadoras habitaciones bañadas por el sol son ideales para relajarse. A la hora de acostarse, los suaves y cómo